Tras el reciente aumento del precio del diésel a 0,32 dólares por litro para el transporte del sector industrial, representantes del gremio advierten sobre consecuencias en la producción, mientras que otros agremiados desestiman que la medida suponga un impacto importante, pues aseguran que los transportistas ya cancelaban hasta el triple de su nuevo valor.

Esta semana se conoció que Petróleos de Venezuela (Pdvsa) a través de la Vicepresidencia de Comercio y Suministro informó a los distribuidores de combustible de todo el país, de un ajuste en el precio de venta del diésel para el transporte del sector industrial, el cual entró en vigencia el jueves 6 de julio.

Armando Chacín, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), expresó su preocupación ante una posible parálisis técnica de las actividades de producción, que podría derivar en una disminución de la oferta de alimentos.

A través de un comunicado, el representante del gremio solicitó al gobernante Nicolás Maduro «gire las instrucciones necesarias y precisas que nos lleven a superar esta crisis que puede repercutir en una parálisis técnica de las actividades de producción y en consecuencia, en una significativa disminución de la oferta de alimentos para nuestra población».

«El suministro de gasoil a los agroproductores no es suficiente para satisfacer las necesidades operativas dada la escasa o ninguna disponibilidad del mismo en las zonas productoras, y nuestra actividad productiva está asociada a condiciones climáticas y a ciclos biológicos que no pueden ser modificados. Debe entenderse entonces que el suministro de gasoil y demás insumos debe ser suficiente y oportuno», destacó.

Agregó que para dar cumplimiento a la misión de producir alimentos es preciso realizar labores de campo mecanizadas que amerita el uso de combustible diésel, además del transporte de la misma desde los campos hasta los centros de consumo, es decir, las ciudades.

Chacín destacó que, «el nuevo precio del diésel, aunado a la exclusión del sector agroproductivo como prioritario, impactará, sin duda, de manera negativa los resultados de los planes de siembra y los precios de los alimentos», por lo que resaltó que sería prudente evaluar los ajustes de precios y sus consecuencias en otro momento «y no precisamente ahora cuando el plan de producción del ciclo de invierno se encuentra en pleno proceso de desarrollo».

Asimismo, alertó que tras la medida muy posiblemente no se logre cumplir con las metas de producción del maíz, que se dan en mayor volumen durante el ciclo de invierno. También explicó que durante el ciclo de lluvias, el mantenimiento de los potreros es más exigente, así como la producción de leche y carne, que se potencian más durante este periodo. «Nuestros productos son perecederos y su extracción desde las unidades de producción no admite dilación».

Por su parte, una fuente del sector industrial que prefirió no ser identificada por no estar autorizada para declarar, indicó que el aumento del diésel no tendrá un impacto importante en el sector. En primer lugar, porque ya los transportistas de una u otra manera sí pagaban por el combustible.

«Decían que se regalaba o que se subsidiaba, pero eso no es cierto. El precio de 0,50 dólares el litro que es el que mayormente se maneja, varía según la localidad, también en función de la emergencia que tenga cada quien y en función del despacho que se haga. Todos los precios que se pagan están por encima del valor del que se estima hoy», declaró la fuente.

En este sentido, recalcó que para el sector industrial lo importante es que haya disponibilidad del combustible, «para que no se pierdan dos o tres días en una cola para surtir, porque estos son costos que de una u otra manera los están percibiendo al tener un camión detenido durante esos días».