El futbolista iraní Amir Nasr-Azadani fue condenado este lunes a 26 años de cárcel por supuestamente haber atentado contra tres funcionarios de seguridad durante las protestas en su país.

Junto a Nasr-Azadani, otros tres hombres fueron condenados a muerte por los presuntos atentados, informó la agencia de noticias iraní Mizad.

El caso Nasr-Azadani se volvió viral durante la celebración del Mundial de Qatar 2022, en diciembre, cuando distintos estamentos denunciaron que el defensor de 26 años -y quien juega en el club nacional Iranjavan- había sido detenido por las fuerzas iraníes.

Activistas y organismos como Federación Internacional de Futbolistas (FIFPRO, por sus siglas en inglés) señalaron que Nasr-Azadani había sido arrestado por apoyar las protestas contra la represión del régimen de los ayatollah, particularmente contra las restricciones de derechos de las mujeres, y que podía ser condenado a muerte.

Estas protestas, que se originaron en septiembre y son las más grandes desde la revolución islámica de 1979, se desataron tras la muerte de Mahsa Amini, una joven de 23 años, a manos de la llamada «policía de la moral».

Amini, quien era de origen kurdo, fue detenida por no usar correctamente el velo, una norma obligatoria en el país. Luego apareció en un hospital iraní con evidentes signos de tortura y falleció dos días después de su detención.

Su muerte desató una serie de fuertes reclamos a lo largo del país, liderados por mujeres, que hasta ahora han causado la muerte de cerca de 500 personas y miles de heridos.

La justicia iraní ha ejecutado a cuatro personas por lo que llaman «delitos contra Dios», o «moharebeh».

Fue en medio de esta avanzada cuando se conoció el caso de Nasr-Azadani. En diciembre pasado, medios internacionales señalaron que el futbolista ya había recibido una sentencia a la pena capital, aunque apenas estaba siendo juzgado.

Distintos grupos, e incluso actrices y cantantes internacionales -como la colombiana Shakira-, le pidieron a la FIFA que interviniese en el caso.

De acuerdo con los argumentos de la justicia iraní, Nasr-Azadani hacía parte de un grupo de hombres que habían causado la muerte de tres funcionarios de seguridad durante unas protestas antigubernamentales, el pasado 16 de noviembre.

Este crimen es considerado como «una guerra contra Dios«, por lo que su condena es la pena de muerte.

En la sentencia, que se dio a conocer este lunes y que puede ser apelada, el futbolista recibió una condena total de 26 años por tres cargos distintos, pero relacionados con «asistir a personas a cometer crímenes contra Dios».