Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27), el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, minimizó la cantidad de gases de efecto invernadero que emite su país y responsabilizó a las grandes economías de contaminar dañando a otros. Un discurso considerado engañoso.
Aunque en efecto los reportes de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de Venezuela oscilan alrededor del 0.4 % a nivel global, como lo dijo el mandatario Nicolás Maduro, especialistas consideran que esto no se debe un plan integral ambiental del país venezolano sino a las políticas económicas internas implementadas desde hace años en la región.
“Venezuela es responsable de menos del 0.4 % de las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero en el planeta, no obstante, el pueblo venezolano debe pagar las consecuencias de un desequilibrio causado por las principales economías capitalistas del mundo quienes han contaminado y continúan contaminando el planeta para el beneficio de unos pocos”, dijo durante su intervención en la COP27.
Estas declaraciones han sido replicadas por distintos medios de comunicación y redes sociales, donde solo en Twitter han sido retuiteadas más de 3.500 ocasiones y con más de 2.800 reacciones.
¿Qué dicen los datos de GEI?
Según datos de Climate Trace, una nueva herramienta sin fines de lucro presentada en la COP27, la cual utiliza satélites, percepción directa e inteligencia artificial para estimar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) exponen que al 2021, Venezuela contaba con 0,44 % de las emisiones de GEI. Lo cual oscila entre las cifras dichas por el presidente venezolano, más no son menos del 0,4 % como lo menciona.
En una estimación que hace Climate Trace, de 2017 a 2021, los niveles de gases de efecto invernadero emitidos por Venezuela, reportan una disminución de 55.8 %, en parte atribuido a la situación de la pandemia y otros aspectos de política económica interna más no a una ambiental.
Otra cifra de 2019, de Climate Watch, una plataforma administrada por el Instituto de Recursos Mundiales, una organización sin multas de lucro de EEUU, manifiesta que los gases de efecto invernadero producidos por Venezuela representaron en 2019 el 0.6 % de las emisiones globales, lo estimado en 299.6 millones de toneladas de CO 2 dirigidos a la atmosfera.
De acuerdo con el reciente estudio Perspectivas económicas de América Latina 2022: hacia una Transición Verde y Justa, publicado por la CEPAL, OCDE y otras organizaciones internacionales, se expone hay un aumento en las emisiones de GEI desde 1990 en general en América Latina y el Caribe, “entre 1990 y 2019, Brasil, México, Argentina, Venezuela y Colombia tuvieron constantemente niveles de emisiones más altos que otros países de ALC”, se detalla (página 77).
Esto manifiesta que, aunque Venezuela tiene menor cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero que otros países desarrollados, se encuentra entre los principales que emiten GEI en Latinoamérica (página 79).
“Al analizar los 10 principales países con mayores emisiones totales, Venezuela, Argentina y Paraguay muestran niveles de emisiones per cápita de 9, 8 y 7 toneladas de CO2 e, respectivamente”, agrega el reporte. El informe detalla la necesidad de identificar los orígenes de las emisiones de cada país para actuar en dichos sectores.
Rodolfo Lacy, director de Medio Ambiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en entrevista con la Voz de América explicó que es al exacerbarse la emisión de gases de efecto invernadero, lo que se provoca es cambios drásticos meteorológicos como el aumento de huracanes, inundaciones u olas de calor.
Sin plan ambiental integral en Venezuela
Aunque considera cierto que son menores las emisiones de los Gases de Efecto Invernadero en Venezuela en comparación a otros países desarrollados y que han disminuido en los últimos años, Juan Carlos Sánchez, consultor en cambio climático y doctor en Ciencias Ambientales del Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas de Toulouse, Francia, dijo a la VOA que esto se debe en mayor medida las políticas económicas gubernamentales y no a un plan o proyecto ambiental de mejora.
“En el caso particular de Venezuela, lo que yo le puedo decir es que las emisiones con respecto al año 2017 o 2010 hasta la fecha de hoy, es decir, 12 años después, sin duda que las emisiones de Venezuela se desplomaron, se redujeron considerablemente, no porque haya habido una política de cambio climático en Venezuela porque no la hay, no hay, nosotros (Venezuela) no tenemos una Ley de Cambio Climático, no hay un plan de acción y tampoco hay una política oficial de cambio climático, se desplomaron por la caída de la economía venezolana, la caída de la actividad petrolera y la reducción de la actividad industrial, eso produjo una reducción de emisiones”, dijo el coautor de la elaboración de la “Primera Comunicación Nacional en Cambio Climático de Venezuela”.
Manifiesta además lo complejo de obtener cifras certeras, dado que el gobierno venezolano no cuenta con información oficial pública tanto por falta de transparencia y por que además sería reconocer “el descalabro” de la gestión económica del país.
«Realmente no hay una cifra oficial actualizada de Venezuela, porque el gobierno no ha realizado el inventario nacional, está en deuda con eso desde hace muchos años, porque claro que esta cifra hay que actualizarla con mayor frecuencia”, apuntó.
Los datos disponibles, de acuerdo con Sánchez, también carecen de un análisis más profundo. Dijo que es necesario que se agreguen datos de importaciones y exportaciones para que quede mucho más parejo las mediciones de los niveles de emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
“Habría que decir técnicamente también que las emisiones de los países, todas, tienen muchas incertidumbres porque el inventario y metodología de Naciones Unidas que se utiliza no tiene en cuenta las importaciones y las exportaciones, y cuando uno introduce dentro de los balances las importaciones y exportaciones los resultados cambian sustancialmente, entonces algunos países lo incluyen y otros países no lo incluyen y es muy difícil entonces en ese momento hacer comparaciones, habría que armonizar la metodología existente”, destacó.
Gobierno impulsa minería
Francisco Javier Velasco, miembro de la coordinación del Observatorio de Ecología Política de Venezuela, dijo a la Voz de América que, aunque el presidente Nicolás Maduro haya ido ante líderes del mundo a resaltar que el país cuenta con índices mínimos de emisiones de GEI, se trata solo del discurso porque por otra parte impulsa actividades que dañan al medio ambiente.
El antropólogo y ecólogo social, egresado de la universidad central de Venezuela, mencionó “es cierto que por la crisis profunda que vive el país, que el aparato productivo ha estado en gran medida paralizado y la economía en general ha estado deprimida, es lógico suponer que por un lado hay menos emisiones, pero por otro lado hay una política sistemática por un lado de impulso a la minería”.
Particularmente dijo que el Arco Minero, un proyecto de unos 112 mil kilómetros cuadrados de extensión para la explotación de minerales, el cual está afectando zonas de mayor biodiversidad del mundo y dañando un área boscosa importante, lo cual dijo impacta en los niveles de GEI.
“Hay una política de liberalización económica, que está afectando sino con otras actividades extractivas como un tipo de turismo depredador, por ejemplo, y otras más a zonas en todo el país que son áreas protegidas por la propia legislación ambiental venezolana, están ocurriendo una serie de desmanes de gran envergadura”, dijo.
Agregó que más allá de los discursos, continúan los derrames petroleros, daños en el cerro del Águila y hasta actividades que consideran “ridículas” ya que en ciudades como Caracas por iniciativa gubernamental se han sustituido árboles reales por otros de latón.
En términos comparativos vemos reconoció que las emisiones de Venezuela con países muy industrializados obviamente son menores, dijo Francisco Velasco, no obstante, mencionó que “la otra cara de la moneda es que Venezuela es un país petrolero y el petróleo que queman en otras partes sale de aquí como sale de otros, entonces ahí hay también una relación de complicidad”.
Futuro en materia ambiental
Rodolfo Lacy, director de la Dirección de Medio Ambiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en entrevista para la VOA puntualizó que aún en Latinoamérica se estima que alrededor de 17 millones de personas no cuentan con acceso a electricidad, por lo cual la región tiene un potencial de crecimiento que podría impactar en materia ambiental y en las emisiones de gases de efecto invernadero.
De generar condiciones de desarrollo para cubrir las carencias principales de electricidad, recomendó necesario hacerse bajo estrategias renovables como los recursos solares o eólicos y así generar nuevos empleos.
“Si se hace con la misma mezcla de energía que tenemos actualmente, que es altamente renovable, perfecto, pero si para dotar de electricidad a esos 17 millones de habitantes consumimos combustibles fósiles, sí tenemos un problema de contaminación y eso es el gran reto de América Latina”, apuntó.
Opciones más verdes y sustentables, dijo, permitirían la posibilidad de que en la región de Latinoamérica se pueda contribuir a disminuir la huella de carbono como un plan estratégico.