Un total de 50 migrantes que habían llegado inesperadamente en un avión a esta isla de vacaciones, los voluntarios que los albergaron en una iglesia episcopal se fueron con mesas, y sillas, cargaron comida en camiones y de más.

El centro de Martha’s Vineyard, donde varios de estos venezolanos declararon haber llegado a los Estados Unidos cruzando toda Centroamérica y pasando por la popular Selva del Daríen.

Estos migrantes dejaron una marca en esta isla aislada y conocida como un patio de recreo en el verano para expresidentes estadounidenses, celebridades y multimillonarios.

Todos volaron desde Texas según los arreglos hechos por el estado de la Florida y su gobernador, Ron DeSantis, como parte de una serie de medidas para transportar a los migrantes a ciudades liberales en protesta; lo que ahora se describe como el fracaso del gobierno federal para asegurar la frontera sur.

Los migrantes, incluidos niños, abordaron autobuses el viernes pasado. Los días que pasaron en la isla frente a la costa de Massachusetts llegaron a su fin con un nuevo reto: un viaje en ferry y luego otra caravana de autobuses a una vivienda temporal en la Base Conjunta de Cape Cod.

Muchos de ellos lograron comer gracias a donaciones realizadas por la comunidad

Esta decisión de DeSantis fue criticada por la Casa Blanca, los funcionarios demócratas y los abogados de inmigración que prometieron emprender acciones legales porque, según dijeron, los inmigrantes llegaron al país tras  prometerles  trabajo,casa y ayuda con los documentos de inmigración y, engañados con su paradero.

El gobernador negó que los migrantes no supieran a dónde iban. Declaró que habían firmado una exención y que les habían entregado un paquete que incluía un mapa de Martha’s Vineyard. «Es obvio que hacia allí se dirigían», dijo, y agregó que el tránsito fue voluntario.

La isla está llena de lujosas tiendas, restaurantes y galerías de arte de lujo en Main Street en Edgartown

El venezolano, Juan Ramírezd de 24 años de edad,  declaró: «Mis amigos pensaron que estaba loco por irme, que nunca lo lograría. Solo quiero un futuro mejor para mi familia». 

Comentó que en la ciudad de San Antonio, Texas una mujer les ofreció un viaje en avión a un refugio en el noreste donde habría vivienda, trabajo y ayuda con los documentos de inmigración: «Cuando aterrizamos nadie nos estaba esperando. Nadie sabía que íbamos a venir. Nos dimos cuenta de que nos habían mentido. Pero, por fortuna, nos encontramos con personas de buen corazón que nos han apoyado con todo lo que necesitamos».

Martha’s Vineyard es conocido como un lugar de vacaciones muy próspero. Los inmigrantes llegaron a medida que avanza la temporada baja.

Osmar Cabral, de 52 años de edad quien vino de Portugal y ha estado viviendo en Martha’s Vineyard durante cuatro meses, le entregó al migrante un billete doblado de 100 dólares «Nunca lo había conocido antes, Pero vine aquí con un amigo porque quería ayudar. Todos somos hermanos».

Ante esto, un grupo de abogados que había entrevistado a los migrantes dijo a los periodistas que estaban estudiando acciones legales, ya que se había violado el debido proceso y los derechos civiles de los migrantes: «Esta es una violación de los derechos humanos. Esta es una violación constitucional», expresó Iván Espinoza-Madrigal, director ejecutivo de Abogados por los Derechos Civiles de Boston.

Ante esto, el alguacil del condado de Bexar en Texas, Javier Salazar acaba de firmar un documento en el que abala que estos 50 venezolanos fueron víctimas de secuestros y por ende, podrán solicitar una visa U,  y posteriormente hasta la ciudadanía por ser víctímas de un crímen dentro del territorio, por parte de un gobernador, algo nunca antes visto.

Una de las organizadores de este proceso comentó que los migrantes «serán alojados en espacios estilo dormitorio… con espacios separados para acomodar tanto a individuos como a familias».

Mientras tanto,  la oficina del gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, ofreció un comunicado en donde dejó saber que ‘’las familias no serán separadas. Tendrán acceso a servicios que incluyen servicios legales, atención médica, alimentos, kits de higiene y asesoramiento en caso de crisis’’, comentó, dejando saber que tienen el respaldo de la Casa Parroquial St. Andrew.

“Seguí diciéndoles que era como un dormitorio. No quería decirles que iban a ir a una base militar. Queremos ir a asegurarnos de que estén bien», enfatizó.