Las principales criptodivisas han caído este año arrastradas por la aversión al riesgo, la subida de los tipos de interés y los temores de recesión global, mientras los detractores anticipan su final, los emprendedores tecnológicos adelantan los cambios que vive este mercado.

En un momento cuando más de 90 bancos del mundo emprenden una jornada de subidas históricas de los tipos de interés para frenar la inflación global, los inversores sufren las consecuencias del endurecimiento de la política monetaria más agresiva de las últimas décadas, dejando atrás cualquier ánimo por los activos de riesgo como las criptomonedas.

Solamente el Bitcoin, la cripto más famosa del mundo, perdió casi el 60% de su valor este año, y retrocedió 70% de su valor desde los máximos históricos que consiguió en noviembre del año pasado. Una estela bajista seguida por Ethereum, la segunda más famosa, así como otras criptomonedas.

La Reserva Federal y otros bancos centrales continúan subiendo los tipos de interés con la esperanza de reducir la elevada inflación, y se han prometido más subidas importantes a corto plazo. Este tipo de medidas buscan frenar las economías a propósito, con la idea de que la ralentización de las compras de los hogares y las empresas rebaje las presiones inflacionistas.

«Los mercados financieros están asimilando plenamente el duro mensaje de la Reserva Federal de que no se retirará de la lucha contra la inflación», escribió Douglas Porter, economista jefe de BMO Capital Markets.

Para la argentina Silvina Moschini, productora y panelista de ‘Unicorn Hunters’, el actual “cripto invierno” se parece mucho a lo vivida en el año dos mil con la burbuja de internet.

“No creo que se haya llegado al piso y no creo ni remotamente que se haya llegado al techo, ni con Bitcoin ni con las otras monedas. Vamos a esperar muchos altos, muchos mas bajos y otros picos de rebote porque todo vuelve, es cíclico”, agregó.

Los precios de las criptomonedas se han desplomado en las últimas semanas porque los tipos de interés más altos tienden a golpear con más fuerza las inversiones que parecen más caras o más arriesgadas. Incluso el oro cayó, ya que los bonos que pagan mayores rendimientos hacen que las inversiones que no pagan intereses parezcan menos llamativas. Mientras el dólar estadounidense se fortaleció mucho frente a otras divisas.